”Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.“
Eclesiastés 11:9-10
Es muy emocionante, para unos, y tan complicado, para otros, ser adolescente y joven. La oferta del mundo llega con tanta presión para ellos que, a menudo, sucumben a la tentación de elegir lo más fácil y comprar la “oferta” para ser felices.
Solo les muestran el envoltorio, lo que quieren que vean, pero no las consecuencias a largo plazo, de su elección. Seguramente porque no están preparados para pensar a largo plazo, sin darse cuenta de que el futuro es mañana mismo.
Pero gracias a Dios hay una buena alternativa, y es ¡conocer la verdad!, lo que significa conocer a Cristo, y así conocerse a sí mismos.
Si, la adolescencia y la juventud son vanidad, unos años de ajustes de todo tipo; solo la Verdad, Jesucristo, les hará verdaderamente libres.