»¡El Señor reina! ¡Se ha vestido de majestad! ¡El Señor se ha vestido, se ha ceñido de poder! Afirmó también el mundo y no será removido. Firme es tu trono desde siempre; tú eres eternamente.«
Salmos 93:1-2
Este salmo pone de relieve y proclama con autoridad y seguridad el extraordinario poder de Dios sobre la naturaleza y toda la creación.
El autor afirma el tema de la soberanía divina y revela un claro sentido de esperanza, seguridad y futuro.
En medio del caos y la crisis que se manifiestan con fuerza en la historia del mundo, el salmista pone en evidencia un sentido claro de paz, sobriedad, seguridad y confianza.
Estas profundas convicciones teológicas le permiten al autor comprender adecuadamente el poder divino sobre las fuerzas hostiles de la naturaleza y el cosmos.
Para el salmista, el Señor es el rey supremo del mundo, que está vestido y ceñido de poder, símbolo de su extraordinaria naturaleza santa y de su majestad.
¿Podemos ver lo mismo que el salmista?
Si, y estaremos seguros y confiados, con fe y esperanza en el futuro.