Isaías 33:15-16
“El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; este habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.”
Estos versículos nos hablan del cuidado que cada uno de los que creemos en Dios debemos tener para llegar a su presencia y habitar con Él por la eternidad.
No valen medias tintas, no podemos relajarnos y ser permisivos con el pecado que acecha nuestras vidas día y noche.
Debemos autosometernos a un cuidado ejemplar que, además de hacernos bien, sirva de ejemplo y testimonio a los que nos rodean y puedan ver que no hay contradicción entre lo que decimos y lo que hacemos.
Para ello contamos con la presencia del Espíritu Santo en nosotros, los que hemos nacido de nuevo. (Juan 3)