Isaías 36:20
“¿Qué dios entre los dioses de esos países pudo librar de mi mano a su país, como para que el Señor libre de mi mano a Jerusalén?».”
La arrogancia del Rabsaces, enviado del rey Senaquerib de Asiria, mostraba ante el pueblo judío la amenaza de masacrarlos como había hecho con otros pueblos, diciendo: ¿dónde está el dios de Sefarvaim, o el de Samaria?
El enemigo del pueblo de Dios siempre ha estado amenazando con su destrucción.
En este tiempo está levantándose de nuevo, buscando aliados en los foros internacionales para volver a amenazar la existencia de Israel, inventando bulos, dando datos que nadie comprueba y victimizando a un pueblo que de quién es víctima es de sus propios gobernantes. Pero esta es la realidad, como dice el Salmo 11:3 “Si son destruidos los fundamentos, ¿qué puede hacer el justo?”
Ante tanta amenaza sostenída con mentiras e invenciones ¿qué podemos hacer? La respuesta es ¡Buscar la verdad! Y solo la vamos a encontrar en Jesús, que dijo: “Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida”.