«¿Te parece correcto que afirmes: “Soy justo delante de Dios”? También te preguntas: “¿Y yo qué gano? ¿De qué sirve vivir una vida recta?”.«
Job 35:2-3
Son unas buenas preguntas y muy pertinentes para el tiempo que vivimos.
Se las hace Eliú a Job, pero nos las podemos plantear a nosotros mismos y aún más a todos aquellos que se justifican delante de un Dios en el que no creen, con el simple argumento de que son buenas personas.
El ser buena persona ¿en qué afecta a Dios? El ser mala persona ¿que le hace a Dios?
Él está por encima de todos nuestros actos y pensamientos. No le afectan en absoluto. Pero no porque sea insensible, sino porque su voluntad se hará sea cual sea el comportamiento de los hombres.
El Señor ya ha salvado a millones de personas, y está dando tiempo a que otras muchas se arrepientan y sean salvadas también.
Solo le queda al hombre pecador reconocer que Dios existe y quiere lo mejor para el hombre.
Y a los que ya hemos sido salvados y creemos en Dios, nos queda la tarea de dar a conocer las buenas nuevas a los que nos rodean.
Si hacemos preguntas, oigamos las respuestas que Dios tiene.