Números 6:24-26
“El Señor te bendiga y te guarde. El Señor haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia. El Señor alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.”
Esta oración conocida como “La bendición sacerdotal” es el deseo del corazón de Dios para todos aquellos que han creído en Él, que le siguen y le obedecen; y esto es condición “sine qua non”, para que el deseo de Dios se cumpla.
Como dice la epístola a los Hebreos 11:6 “…, porque es necesario que el que se acerca a Dios cree que él existe…”
El deseo de Señor es bendecir y guardar a todos, pero solo lo puede hacer con aquellos que creen en Él.
Y algo interesante es que Dios dijo que esta bendición fuera dada por los sacerdotes al pueblo, pero como Él nos ha hecho sacerdotes de nuestro hogar, podemos bendecir con las palabras del Señor a nuestra casa, esposa e hijos, para que reciban la bendición de Dios por medio del sacerdote del hogar, el esposo y padre.
Bendigamos a nuestra familia hoy y siempre; es el deseo de Dios.