»Nunca se aparten de ti la misericordia y la verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón; Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los hombres.«
Proverbios 3:3-4
Todos buscamos ser aceptados de una u otra manera, pero no todos cumplimos los requisitos para serlo.
Aquí tenemos la “fórmula” para conseguirlo.
En primer lugar ser siempre misericordiosos. Eso quiere decir que demos a los demás el trato que esperamos recibir, y no negar la ayuda al necesitado.
Lo segundo, hablar siempre la verdad. En una sociedad donde reina la mentira y la corrupción, se hace mucho más que necesario, imprescindible, que haya personas que digan la verdad.
En tercer lugar, tener ambas cosas muy presentes, tanto en nuestra mente (pensamiento), como en nuestro corazón, con hechos.
Así, realmente lograremos que todos tengan una buena opinión de nosotros.
Solo requiere voluntad y esfuerzo.