»Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea Dios.«
Salmo 70:4
En mitad de un salmo de súplica de David para ser liberado de sus enemigos, pronuncia estas palabras basadas en una fe y confianza en Dios genuinas.
Leyendo los salmos de David pareciera que siempre se estaba quejando de su situación y siempre clamando por victoria contra los enemigos.
Pero también, en cada salmo, aparecen palabras de alabanza a Dios, de invitación a adorar y alabar al Señor, y de reconocimiento de una dependencia absoluta de Dios para todo.
Leyendo los salmos de David podemos aprender a orar, clamar, adorar y alabar, porque salieron de un corazón sincero que reconocía su condición limitada como humano, pero que sabía que con Dios todo lo podía.
¿Puedes creer? Al que cree todo le es posible.