»El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.«
Salmos 91:1-2
El salmista coloca a la persona que adora al Señor, en un lugar de esperanza y seguridad.
La imagen de “habitar al abrigo” revela cercanía, confianza e intimidad con Dios; y “morar bajo la sombra” pone de relieve la idea de protección, cuidado, cobertura y bienestar que todos buscamos por una necesidad del alma.
La persona que se refugia en Dios enfrenta la vida con autoridad, valentía y sin temores.
El salmo pone de manifiesto un sentido profundo de alivio emocional y seguridad espiritual.
Un buen salmo para meditar y guardar en el corazón, para memorizar y recordarlo en momentos de dificultad cuando el horizonte se oscurece.
Él Señor, y solo Él, es quien nos da paz y esperanza.